En Francia, alrededor de 1 de 5 parejas presenta problemas de fertilidad. En el 75 % de los casos, se encuentra una etiología: de causas femeninas, masculinas o mixtas, con una elevada proporción de etiologías infecciosas. Hasta hace poco tiempo, la atención se centraba principalmente en las bacterias patógenas. Desde hace unos años, el estudio de las interacciones entre el huésped y la microbiota ha permitido descubrir mecanismos que asocian directamente la disbiosis a la infertilidad. En particular, la idea de la existencia de una continuidad entre la microbiota vaginal y la microbiota cervical y endometrial ha ayudado a entender mejor la influencia de la microbiota vaginal en el aparato reproductor superior de la mujer. Si bien se admitía que la disbiosis vaginal favorecía la colonización del tracto genital superior por bacterias patógenas, ahora, se ha demostrado que también favorece el aumento de bacterias comensales con unfecto deletéreo en la mucosa endometrial. El fin del dogma del esperma microbiológicamente estéril ambién ha transformado nuestra visión de la fertilidad masculina. Aunque se sigue discutiendo sobre la composición de la microbiota seminal «normal», sabemos que su alteración cambia la calidad del esperma y que, una vez que éste llega a la vagina, su calidad también puede verse afectada por la acción de la microbiota vaginal. Estos descubrimientos proporcionan un nuevo enfoque sobre las causas de la infertilidad y los fallos de implantación durante los protocolos de reproducción asistida. La investigación sobre la disbiosis genital femenina y masculina resulta cada vez más útil para entender los mecanismos de la infertilidad humana y, probablemente, ofrezca nuevas perspectivas terapéuticas. ¡Disfrute la lectura!
Jean-Marc Bohbot Redactor jefe de este número