Las células cancerosas manipulan nuestro sistema inmunitario para escapar de su destrucción. Los mecanismos moleculares de estas manipulaciones son numerosos. Son específicos de cada tumor, aunque pueden compartirse entre diferentes tipos de cáncer: pulmón, mama, corazón, páncreas, etc. Así, algunas células cancerosas son capaces de evadir las células de defensa al activar interruptores en su superficie que actúan como puntos de control (checkpoints). Estos puntos de control permiten que las células sanas sean reconocidas y eviten su destrucción y la sobreactivación del sistema de defensa. Se han desarrollado numerosas moléculas terapéuticas capaces de bloquear estos puntos de control. Se han observado resultados a veces espectaculares en términos de supervivencia y regresión de los tumores, aunque persisten resistencias o respuestas parciales que aún necesitan ser explicadas y superadas.
En este sentido, se ha demostrado que nuestros microbiomas contribuyen tanto a la eficacia como a la resistencia frente a la quimioterapia contra el cáncer, especialmente en el caso de la inmunoterapia. Se han identificado algunas de las vías moleculares mediante las cuales las bacterias que componen nuestros microbiomas interactúan con la inmunoterapia contra el cáncer. Desde nuestro dossier «Microbioma intestinal y tratamientos del cáncer», publicado en la Revue des Microbiotes n.º 10 hace seis años, se han llevado a cabo numerosos estudios en este ámbito. Esta revisión describe las etapas clave de estos grandes descubrimientos y examina las estrategias terapéuticas derivadas de ellos, algunas de las cuales están actualmente en fase de evaluación.
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Jacques Amar
Editor jefe de este número