Los microbios son nuestros mejores aliados; por ello, preservarlos también significa conservar una buena salud. Esto es lo que enseña, año tras año, la ciencia de la microbiota y que, de esta manera, refuerza la conciencia que tenemos desde hace milenios acerca de la utilidad y fragilidad de nuestras «floras». Paradójicamente, el consumo de antibióticos sigue siendo importante y las autoridades sanitarias advierten acerca de una especie de pandemia silenciosa, una auténtica bomba de relojería: el incremento de la resistencia a los antibióticos. Las cifras que se publicaron recientemente en The Lancet1 dan escalofríos: la resistencia a los antibióticos ya sería una de las principales causas de muerte a nivel mundial y su alcance sería al menos tan importante como la de enfermedades de alta prevalencia, como el VIH y el paludismo.
En este nuevo dossier temático de la Revue des Microbiotes, deseamos explicar la manera en que se manifiesta la iatrogenia medicamentosa en la microbiota intestinal. Alrededor del 20 % de los pacientes que toman antibióticos desarrollan diarrea. Es bien sabido que este fenómeno se debe a un cambio en la composición y funcionamiento de la microbiota tras una reducción de la diversidad de las especies y la pérdida de la función asociada. Efectivamente, la diversidad y la resiliencia de la microbiota intestinal son fundamentales para el correcto funcionamiento del intestino, esto es aún más claro en las edades extremas de la vida.
Lo que es más sorprendente, también observamos que los antibióticos no son las únicas categorías terapéuticas que pueden ser perjudiciales para la microbiota.
La entrevista efectuada al Dr. Jean-Marc Bohbot, especialista en la microbiota vaginal, esclarece de manera complementaria y pertinente el tema de la antibioterapia en las mujeres, muchas de las cuales sufren efectos vaginales adversos.Estas son muchas de las razones para limitar el uso de antibióticos o actuar de manera preventiva cada vez que sea posible. Algunos estudios demuestran el interés de los alimentos fermentados y probióticos para proteger la diversidad de la microbiota intestinal y mejorar su resiliencia.
Existen alternativas a los antibióticos, como la fagoterapia o el trasplante de microbiota fecal en el caso de las infecciones por Clostridioides difficile. Actualmente, se están desarrollando innovaciones tecnológicas, por ejemplo, basadas en CRISPR-CAS, con el fin de contrarrestar el efecto nocivo de los antibióticos en la microbiota. Nos espera un futuro lleno de desafíos.¡Disfrute la lectura!
Geneviève Héry-Arnaud y Bruno Pot Redactores jefes de este número